con la simple acción de respirar...

Mantenerme en el momento presente, y observar todo lo que este universo nos brinda, segundo a segundo, día a día ...

¡Respira! ¡siente como fluye la vida!

domingo, 4 de julio de 2010

Viaje al centro de la cadera

Navegar en ríos de miel que caen por la espalda, cedas que se deslizan por los huesos, espumosas olas que bañan la pelvis, caderas hechas por esferas doradas que se deslizan sobre cedas


Los dedos de mis pies nacen desde mi nuca, fuertes, elásticos y sensibles hilos de seda los conectan, dos esferas doradas son mis caderas; estas equilibran y movilizan armónicamente los hilos, y así el caminar se convierte en una suave danza, se puede escuchar la melodía que esta produce, mientras el resto del organismo se entona y toca al mismo ritmo,

Dentro del cuerpo existen cientos de ríos, lagos, fuentes y cascadas, todas fluyen en armónica sintonía, desde las esferas nace una fuente, con su contundente chorro sostiene la cabeza, me introduzco en uno de los ríos, este nacen en la doceava vertebra torácica, comienzo a navegar, me dirijo hacia las doradas caderas. Al llegar ahí siento como varias corrientes confluyen y se interceptan en este punto, el agua se moviliza con libertad, adaptándose al movimiento de las esferas que son mis caderas, ahora siento como espumosas olas las rodean, y mi caminar es aun más cadencioso, la sensación de libertad me ínsita a correr y todas las aguas que fluyen dentro de mí, agilizan su movimiento; algunas son fuertes y sostienen, otras rápidas van al ritmo del corazón, y algunas otras se mantienen apacibles como azuladas lagunas resguardando el centro.


Existen miles de millones de caminos para acceder al conocimiento, tantos como seres en el universo, atreverse a caminar por el propio, hacer nuestra la sabiduría, evolución, transformación, creación.


No tenemos necesidad de cegarnos con el viejo dogma que dice que 'la naturaleza humana no puede cambiarse', pues descubrimos que puede ser cambiada (si sabemos cómo hacerlo). Debemos empezar a verificar cuáles son nuestras potencialidades en cuanto seres humanos, entonces abordaremos el futuro con alguna esperanza. Podemos sentirnos hermanos de Galileo, golpeando el suelo con el pie tras haber abjurado de la teoría copernicana ante la Santa Inquisición: “Eppur si muove”. La evolución de nuestro desarrollo humano puede ser retardada, pero no puede ser detenida”.


Alfred KORZYBSKI
Lakeville, Connecticut, USA
Abril, 1949


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